Escribí esta entrada en mi blog de Patreon en julio de 2016. A veces escribo sobre mis vivencias como dibujante, autoconocimiento, psicología (desde el punto de vista de mis experiencias propias en primera persona y sin intención de entrometerme en una profesión que no es la mía), me sincero con mis seguidores y ponemos muchos pensamientos en común. A menudo resulta muy enriquecedor.
Cuando llevas mucho tiempo dibujando, escribiendo, creando… -no tiene por qué ser profesionalmente, tan sólo que tu actividad suponga una superación personal- te das cuenta de que los estados mentales se repiten varias veces a lo largo de tu vida creativa, suceden para dejar paso al siguiente, como un ciclo matemático.
Saber que después de la euforia viene una época de apatía o extremo cansancio le quita bastante peso al asunto (y a tu conciencia). Entiendes que el ciclo es normal y que no tiene nada de malo. En parte, estar muy arriba mentalmente tiene la consecuencia de que luego se cae, aunque es bueno saber que esto no dura para siempre.
Podría decirse que estoy pasando una época de reajuste,de reencontrarme conmigo misma y con mis objetivos, después de haber trabajado en la colección de cuentos, que ha sido el proyecto más importante del pasado año. No creo que deba llamarlo época de crisis, porque no lo veo así. Las rachas en las que tienes que pensar mucho en muchas cosas y determinar tantas cuestiones de tu vida no son una crisis, porque que se muevan todas esas ideas significa que se está avanzando. No se pasa bien, desde luego, pero es necesario, y es mejor eso que quedarse estancado de por vida en el mismo casillero del tablero.
Esa es mi situación actual desde hace dos o tres meses, mientras me dedico a proyectos personales. A veces tengo muchas dudas y no sé qué estoy haciendo ni a dónde va todo ello. Luego me acuerdo de que tengo aquí a más de 15 personas que, junto con todas las que me animan en las distintas redes, me recordáis que todo esto tiene algún sentido.
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Cuando hacía el curso me costó acostumbrarme a los bajones y verlos como algo normal, y, como dices, normalizarlo ayuda. Aunque hay veces que se juntan tantas cosas, que dudo tanto, que me bloqueo, etc, que me pregunto si valgo para esto y si voy a llegar a alguna parte… xD Ayuda leer que alguien a quien admiro como tú pasa por cosas similares y sigue adelante! ^^
Gracias por tus palabras y por tu comentario, Jéssica. Creo que estos altibajos son inevitables; se pueden comparar con el ritmo de la respiración: para que entre aire nuevo tiene que salir el usado. Inspirar… espirar. Igualmente, para hacer un proyecto nuevo hace falta dejarlo atrás, eso sin contar con el agotamiento físico y mental.
Con lo único que hay que tener cuidado es con que las pausas no se prolonguen demasiado tiempo, o se entra en apatía. pero como hay tantos proyectos apasionantes que llevar a cabo en esta vida, esto no tiene que ser un problema, y estoy segura de que tienes las ideas de a dónde quieres llegar tan claras que siempre saldrás adelante 😉
Muchas gracias, Irene ^^
La comparación con la respiración me ha encantado. Creo que la meditación y tomarse unos 20 minutos respirando sin pensar, es una buenísima herramienta para sobrellevar estas cosas. A mí me ayuda cuando entro en modo aturullo xD